Agustina Souberan creció rodeada de pinceles y color contemplando a su mamá, la artista visual Adriana Cervi, en su taller y en un momento de grandes cambios surgieron sus primeros trazos: “mujeres con singularidad y presencia”, según sus propias palabras. “Me gusta la idea de invitar al espectador a identificarse con ellas, y encontrarse en algún rasgo”. Los detalles y las tramas son protagonistas en estas mujeres que son pura actitud.

¿Cuándo empezaste a pintar?, ¿Qué técnicas utilizás?

Arranqué con la pintura en un momento de  muchos cambios en mi vida, retomaba la carrera de Psicología en el año 2015 y de la mano de ese nuevo inicio arrancaban mis noches de taller. Empecé a incursionar sobre papel de ilustración, trabajando con acrílico y los trazos que surgieron de ese complemento, decantaron en estas mujeres. Mi gran inspiración.

Agustina Souberan en su taller.

¿Hiciste alguna formación en arte?

Todo se dio de una manera muy espontánea y una cosa fue llevando a otra. Me considero autodidacta, pero siempre con ganas de aprender más e incursionar. En mi casa los pinceles y el color fueron siempre una constante, crecí observando a mi mamá pintar y disfrutar junto a ella la pasión por el arte. Creo que eso siempre tuvo una gran influencia en mí a la hora de crear. Disfrutar del proceso, dejarse sentir, son mis premisas desde el momento en el que me siento.

Las mujeres que pintás son muy chic, para mí tienen un aire francés,  mujeres libres e intelectuales … ¿Cómo las describís vos? ¿En quiénes te inspirás, a quiénes admirás?

En mi opinión son mujeres con personalidad y presencia. Cada una tiene su singularidad. Me gusta la idea de invitar al espectador a identificarse con ellas, y encontrarse en algún rasgo. Comunican también un estado de ánimo, una emoción, un  momento. 

Cada vez que vuelvo a verlas, es un volver en el tiempo a un determinado lugar y sentir nuevamente las emociones que impulsaron esa creación. 

Me inspiran mucho los colores, las tramas, incluso un plato de comida puede ser un disparador. Y eso me gusta. Encontrar en lo cotidiano, mi motivación. Observo mucho, y disfruto de los detalles, es ahí donde encuentro el material a la hora de crear.

Me gusta  leer la historia y evolución de artistas jóvenes, conocer sus procesos, sus tropiezos. Me parece fundamental, tener siempre alguien como referente, que te inspire a seguir conociéndote. El arte como cualquier disciplina, es un camino con idas y vueltas, encuentro y desencuentro, encontrar disfrute en eso, es el gran desafío. 

Incursionaste en el diseño de indumentaria, que hiciste una intervención artística para la marca Roma Renom, ¿Cómo describirías  tu vínculo con la moda?

La moda siempre fue un disparador importante a la hora de arrancar con el dibujo. Mi idea de moda, se centra más que en la ropa, en la actitud. 

La moda es efímera, un día está y mañana no. La actitud es la manera de arrancar el día a día. Podes tener algo muy simple puesto, pero saberlo llevar. Ahí es donde radica todo.

Me gusta pensar una idea de moda, libre y que motive siempre a lo personal de cada uno. Encontrarte con eso que llevas puesto, sentirte cómoda y a gusto con vos.

“La moda siempre fue un disparador importante a la hora de arrancar con el dibujo. Mi idea de moda, se centra más que en la ropa, en la actitud”.

Te acabás de recibir de psicóloga … ¿Qué rama te gusta de esta profesión?

La psicología como el arte son mi manera de ver la vida. Tuve la posibilidad de fusionarlas por momentos, a la hora de trabajar con pacientes en talleres de “Laborterapia”, y fue una experiencia única. Complementar el valor de la palabra con el color y las líneas, a la hora de llegar al paciente,  es algo increíble. 

Disfruto mucho de los talleres grupales y todo lo relacionado a la clínica. El contacto cara a cara con el paciente, y  motivarlo a contar una historia a través del papel, es mi mayor desafió y gratificación al mismo tiempo.

¿Viviste en Buenos Aires y/o en otro país?

Estuve un tiempo corto en España. Allá tuve experiencias de gran aprendizaje ligadas al arte. Fueron  pruebas constantes, que me sirvieron de parámetro para entender que cuando uno ama lo que hace,  no hay límite. Trabajé durante un tiempo  en un taller en Barcelona, creamos una colección cápsula de carteras intervenidas. Tanto la gente como el lugar, fueron  mágicos. 

https://www.instagram.com/agustinasouberan/

LMO